Marketing Sensorial |
¿Qué es el marketing sensorial?
El marketing sensorial es básicamente vender un producto o servicio al cliente, llegando primero a sus sentidos. Es una estrategia implementada por grandes marcas que generan campañas enfocadas a sensibilizar uno de los sentidos de sus compradores. Pero, ¿cómo se crea una estrategia basado en el marketing sensorial?
Cada vez que camino por los
centros comerciales o por las zonas comerciales de mi ciudad analizo los poster,
la publicidad y los diferentes métodos que utilizan los locales para llamar la
atención. El más popular es el afiche con un banner gigante que dice descuento.
También utilizan colores rechinantes para hacer que las personas los miren;
esta última es una estrategia de marketing sensorial, aunque algunos lo
consideren algo grotesca, pero la cual está dirigida a los ojos y a la parte
visual del cliente.
Marketing sensorial por medio del sentido visual
En mi ciudad, hay un almacén que
vende colchones. Está ubicado en la esquina de una transitada avenida
principal, donde hay otros almacenes; es grande, con dos plantas. Cuando inició
el negocio, la fachada era de color blanco, nada llamativo. Sin embargo, a los
seis meses de funcionamiento, se cambio el color por un amarillo brillante,
similar al de la bandera de Colombia. Llevan dos años con ese mismo color. No
podría decir cuánto venden diariamente, pero para haber estado dos años con ese
mismo color es porque ha funcionado la estrategia de marketing sensorial a través
de la visión. El color amarillo es tan llamativo que se ve a lo lejos y es
inconfundible con otro tipo de fachada.
Así mismo, si miramos por ejemplo
casos especiales como almacenes Éxito en Colombia, su distintivo es el amarillo;
se utiliza en prácticamente toda su publicidad. Subway maneja el amarillo y el
verde; Coca Cola el rojo con el negro. El color es esencial para el marketing
sensorial y para la creación de marca. Pero ¿cómo atraer más clientes por medio de los otros sentidos?
Vender a los sentidos del cliente. ¿Cómo hacerlo? Cinco estrategias efectivas
La parte visual es lo más fácil para generar una estrategia de marketing sensorial. Solo basta con contratar un
diseñador gráfico para solucionar nuestros problemas visuales. Sin embargo, vender
a los otros sentidos es donde está lo difícil. Pero, con un poco de ingenio,
cualidad propia de todo emprendedor, es posible generar una estrategia completa.
Gusto: Las empresas de comida y
bebidas tendrán la facilidad de generar una campaña por medio del gusto; debido
a que tienen su propia receta. Para otros tipos de negocio es recomendable dar
degustaciones de algún producto único y de difícil consecución. Un dulce casero
en una tienda de ropas hará que el cliente, además del diseño, recuerde el
sabor de aquel dulce y lo asocie con un estilo y un modelo.
Tacto: este sentido está más
relacionado con las tiendas de ropas y de telas, debido a que el cliente palpa
una textura que le resulta agradable. Sin embargo, en otros tipos de negocios,
es recomendable utilizar un tipo de textura especial en el piso. El cliente
camina de forma cómoda y esto le hará sentirse tranquilo, sin cansancio,
recordando ese momento después.
Olfato: el olfato es quizás la
estrategia más utilizada en todos los negocios, donde ponen frascos de olor. Pero
lo que el emprendedor debe saber es que para cada negocio hay un olor
diferente. Por ejemplo, para cafeterías, el olor a café, obviamente; para almacenes
de ropa, la lavanda es fundamental; para restaurantes, el olor de manzana.
Oído: una música suave ayuda a
relajar al cliente y hacerlo sentir más tranquilo; los sonidos son también una
forma de promover estados de ánimo en el cliente. Si se desea, por ejemplo, que
el cliente consuma y se vaya, se pone música rápida, que hará que su corazón
lata rápido y por ende no pueda estar tranquilo. Pero si queremos que se quede,
mire los productos, analice los precios y se detenga por bastante tiempo en el
local, pues se pone música suave, sin acordes rápidos.
La razón: los sentidos son una
forma de percepción de la realidad. El ser humano no tiene solo cinco sentidos,
sino muchos más. El equilibrio y la percepción espacio temporal son otros, así
como lo es también la razón. Uno de los consejos más útiles es no venderle a la razón, precisamente, aunque suene contradictorio, sino venderle a las emociones
y a los sentimientos del cliente. Suena raro, pero esta vez se crea una campaña
para atacar a la razón del cliente; es decir, se vende un producto no como algo
que sea necesario, sino como un estilo de vida o algo que le hará sentir mejor.
Por ejemplo, pensemos en un restaurante lujoso; una persona necesita
alimentarse, porque es necesario; pero un restaurante de este tipo vende no
solo un alimento, sino una forma de entretenimiento.
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