Iniciar un negocio |
Iniciar un negocio no es fácil,
pero tampoco se vuelve una situación solo para expertos o estudiosos en
finanzas. Cualquier persona con fuerza de voluntad e iniciativa propia puede
empezar con su proyecto empresarial o empresa. Estos son 3 consejos que le
guiarán en el camino del emprendimiento y lo motivarán a dar el primer paso.
Realizar un estudio de mercado
Si bien es cierto que al empezar
con un negocio se tiene miedo y se sienten temores, los buenos y exitosos emprendedores
han dejado de lado ese miedo. Pero no se trata de tener solo fuerza de voluntad,
sino de saber invertir y de saber pensar con la cabeza fría. Todo comienza
primero con una idea y es un error común tomar en arriendo un local o invertir
en insumos y luego empezar a vender. Esto es frecuente, muchos logran conseguir
un poco de dinero y tener algo de solvencia económica y van y toman el primer
local que encuentran y ponen ahí cualquier cosa sin analizar el sector y sin
siquiera tener una idea de lo que se desea.
- Sigue leyendo: 5 errores comunes del emprendedor
Iniciar un negocio comienza con
una idea y esta debe fortalecerse mediante el análisis personal e interno del
emprendedor. Si él ya tiene la idea, debe escribirla y poner en una hoja quién
más la ha tenido, cómo la ha ofrecido, dónde se consigue, cuál es su precio y
qué puede ofrecer de más que la competencia no lo pueda hacer. Esto es
básicamente un estudio de mercado: analizar el sector para ofrecer más que
otros. Para esto, es necesario que el emprendedor vaya al sector donde se
encuentran empresas similares o que ofrecen su idea y averigüe esta
información, la escriba en un papel y la analice en su habitación.
Saber innovar en un negocio
El éxito de una empresa se asegura cuando se implementan acciones o métodos innovadores. La innovación es
la implementación de un nuevo uso o de algún nuevo producto en la sociedad. Como
hemos mencionado en entradas anteriores, un pequeño negocio de venta de perros
puede innovar cuando se le ofrece al cliente una nueva forma de comprar y de
consumir su producto.
La innovación se da desde
pequeños detalles hasta grandes acciones. Una decoración exclusiva de un
restaurante es innovación. Pero esto solo se logra si se ha realizado un
estudio de mercado que dé cuenta de lo que otros hacen para hacer algo nuevo.
Si la intención es poner una tienda de abarrotes, pues el emprendedor debe pensar
en cómo puede organizar los productos de forma que mejore la experiencia de
compra del cliente.
Saber invertir inteligentemente
Después de que se tenga todo
pensado y se hayan establecido unos objetivos y unas metas, se prosigue a la
inversión. Saber invertir es de astutos. Si bien es cierto que para iniciar un
negocio se deben tener recursos, también lo es que se necesita más inteligencia
que dinero. Hace un año, montaron un restaurante con mesas de madera reciclada;
después de unos buenos toques de pintura, tenían un mobiliario llamativo. Hoy,
un año después, el negocio se mantiene y es lleno a cada hora. Al analizar este
comienzo, podemos deducir que su inversión fue baja.
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Así mismo, hay gastos que se
pueden hacer después, para que con el dinero inicial se utilice en otras
acciones que sean más urgentes. Pero, no hay que descuidar la publicidad. El
nacimiento de un negocio debe ser por lo alto. Hay diferentes formas de llamar
la atención y no solo pagando anuncios en periódicos o sacando volantes. Solo
basta con ser creativo.
La inversión inteligente es
aquella en la que el emprendedor utiliza sus recursos en la medida en que estos
son necesarios. Además, hay que tener en cuenta que los recursos no solo se
refiere al dinero, sino a otras facultades físicas o espirituales. Un recurso
espiritual es un título profesional o el conocimiento sobre alguna manualidad. Todo
se puede utilizar al iniciar un negocio.
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